miércoles, 24 de octubre de 2007

Venecia - Italia


El viaje hacia Venecia estuvo caracterizado por un terrible tráfico por la autopista, muy peligroso por estar repleto de camiones de carga. Como si ésto no fuera poco, la forma de manejar de los mismos era muy peligrosa, tanto que tuvimos que atravesar por varias situaciones de riesgo.

También nos llevamos la sorpresa de tener un sistema de peajes diferente al que estamos acostumbrados, en donde al pasar por una garita a la entrada del país, se debe retirar un tiquet magnético. Dependiendo de la distancia recorrida y la ciudad a la que uno quiera ingresar después, se va a pagar una cifra distinta por concepto de peaje. Además la garita en donde se efectúa el pago no se encuentra sobre la autopista sino que se encuentra a la salida de la misma, al ingresar a la ciudad en donde uno se está desviando de la ruta. Este régimen nos complicó al principio, y mucho más en el momento en que nos equivocamos de camino y tuvimos que pagar el peaje para ir y para volver, para enmendar el error. Pero después le agarramos la mano y lo entendimos.

Tuvimos que atravesar por muchos pueblitos antes de llegar a la capital de la provincia del Veneto, como por ejemplo Lugano, en Suiza y Como (en la región de Lombardía), en Italia, en donde se encuentra el lago homónimo. Aquí nos detuvimos unos instantes para apreciar el paisaje y tomar algunas fotografías, pero creo que no pasamos por la parte más bella de dicho lago.

En Venecia nos alojamos en el camping Alba D`Oro, relativamente cerca del centro del casco histórico de la ciudad. Nos encontramos al llegar con unos cuantos chicos del grupo de viaje de arquitectura (nuestra competencia al momento de vender las rifas). Luego de instalarnos en el camping, volamos a conocer la ciudad y sus canales.Y verdaderamente me sentía muy contento de poder estar allí, ya que desde pequeño me habían hablado de ésta pequeña ciudad flotante, y de lo linda que era. Tenía muchas ganas de recorrerla toda, en ese mismo momento... En verdad creo que es bastante curioso ese sentimiento, pues no lo percibí en muchos lugares en donde estuvimos...

Nos encontramos con una ciudad de ensueño, con hermosísimos canales, construcciones antiquísimas y muy bellas, y lógicamente muchos puentes que unen las pequeñas islitas que conforman las manzanas de la ciudad. Allí nos dimos cuenta que es muy fácil perderse en el casco histórico, y eso se debe a que prácticamente ninguna de las calles está señalizada, como si no tuvieran nombre, y además algunas son tan angostas que parecen pequeños callejones que uno nunca imagina que son calles. Más aún, las calles son muy parecidas entre sí, lo que complica aún más el panorama. En fin, luego de un largo paseo por ahí, en donde Matías se dio un gran porrazo, y casi termina con cámara de fotos y documentos y todo lo que tenía arriba, en el agua, nos volvimos a descansar y aprontarnos para los paseos del día siguiente.

Venecia resultó ser una hermosísima ciudad, la cual se debe recorrer caminando, debido a que, lo que no es canal es una calle peatonal.

Al día siguiente, el viernes 14 de setiembre, nos tomamos un Shuttle que salía desde el camping y que nos llevaba directamente al centro del casco histórico. Nos bajamos en la Piazzale Roma, en donde se encuentra la terminal de buses. Y empezamos a caminar y atravesar los bellísimos canales. Vimos muchas iglesias como la Santa María del Carmelo. La idea nuestra era ir a la famosa Piazza San Marco, en el corazón de la ciudad vieja. Para ello cruzamos el Gran Canal por el Puente de la Academia. En el camino nos topamos con la iglesia de San Mauricio y una torre inclinada, vaya a saber uno por qué. Nos topamos con más canales, por donde circulan las económicas Góndolas, que por la módica suma de 80 euros, nos pasean durante 30 minutos por la ciudad… Prohibitivo!!!

Al llegar a la Piazza San Marco, en verdad me imaginaba algo un poco más grande, aunque no tiene nada de pequeño. Una de las características que me llamó la atención es la cantidad de palomas que conviven entre las personas. En la plaza, confluyen una serie de edificios importantes como el Campanario y la famosísima Basílica de San Marco, la cual me parece que está sobrevaluada en cuanto a su arquitectura. Esto no quiere decir que no se linda por fuera, solo que por dentro me esperaba algo más de ella. También se puede apreciar la Torre del Reloj. Sobre la rambla, y donde desemboca el Gran Canal se encuentra el Palazzo Ducale, antigua sede de la Justicia, que se encuentra unido de las Prisiones Nuevas, o Prisión de la Inquisición, por el Puente de los Suspiros. Deriva su nombre de los Prisioneros que inmediatamente de recibir su condena en la sala de justicia, eran trasladados a la prisión, atravesando ese puente para nunca más volver a ver la luz.

Seguimos recorriendo el casco antiguo buscando más lugares interesantes. Vimos la Parroquia de San Giovanni e Paolo, y el Ospedale Civile. Es asombrosa la cantidad de pequeñas iglesias que hay en la ciudad, muchas de las cuales no están del todo arregladas por fuera, no son para nada llamativas.

Después de tanto paseo estábamos muy cansados, y nos tomamos un breve pero muy hermoso descanso sobre el Gran Canal, sentados en un muelle de lanchas. Luego de aquí nos fuimos al Ca D`Oro. Desde aquí, ya terminando los paseos, nos fuimos a uno de los puentes más importantes, por su tamaño y belleza: el Rialto. Allí nos encontramos con un pequeño mercado, muy pintoresco y agradable, y tal como me gusta a mí, con mucha gente. Luego de seguir paseando y perdiéndonos por ahí volvimos al camping.

Algo a destacar es que después de mucho tiempo, volvimos a tener temperaturas agradables durante el día, ya que el clima no nos venía acompañando en lo más mínimo. Y con el paseo de hoy, nuestra estadía en Venecia había llegado a su fin. Era la hora de viajar a Florencia.

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