domingo, 2 de marzo de 2008

Washington - U.S.A.






El viaje de vuelta hacia Washington en bus duró también unas 3 horas, y nos tomamos, al llegar a la Terminal un taxi para llegar al que sería nuestro último hostal del viaje. Cuando llegamos al mismo tuvimos el inconveniente de que el ascensor estaba roto, y nos querían hacer subir 8 pisos por las escaleras, con todo nuestro equipaje a cuestas!!! Estaban locos!!! Pero esperamos como una hora a que lo arreglaran, y subimos sin problema.

El sábado 6 de Octubre fue nuestra primera jornada en la actual capital de U.S.A., y como no teníamos mucha noción de a donde ir, más allá de lo clásico, nos tomamos unos instantes en buscar alguna información adicional, y mapas de la ciudad.

Así fue, que luego de obtener esto, salimos a caminar por las calles de la ciudad. Pudimos ver a lo lejos el edificio del Capitolio, el cual es por ley, el edificio más alto de la ciudad, no pudiendo construirse edificios que lo superen en altura… También pasamos por el Ronald Reagan Building y el White House Visitors Center. Allí informan sobre la historia de la famosa Casa Blanca, y de los Presidentes y sus familias que han pasado por ella. Luego pasamos por el edificio del Departamento del Tesoro, justo al lado de la Casa Blanca, a la cual fuimos a continuación. Al llegar a ésta nos llevamos una gran decepción, pues solamente se puede ver una pequeña parte, y no la toma principal que yo hubiese querido ver. Me sorprendió que, sobre la Avenida Pennsylvania, y justo enfrente a la casa, habían unos cuantos chicos jugando al Hockey sobre patines, y una mujer que estaba protestando, aparentemente desde hace muchos años…

Justo al lado de la mansión, se encuentra el D. Eisenhower Building, también del Gobierno de los Estados Unidos. Aparentemente, una gran mayoría de los edificios de interés de Washington son del Gobierno de los Estados Unidos. Se nota constantemente que es la capital política del país. Seguimos caminando por las calles, inmersos en un intenso calor. Seguimos caminando por las calles hasta que dimos con el Edificio del Banco Mundial, situado muy cerca del Fondo Monetario Internacional y de la George Washington University. Hacia ésta última nos dirigimos e ingresamos a conocer la Escuela de Leyes. Quedamos impresionados con el lujo y nivel de las instalaciones, y vimos muchos alumnos estudiando ahí mismo, a pesar de ser sábado. Desde ahí fuimos a lo que viene a ser el pulmón de la ciudad, un gigantesco parque en donde se concentran muchos monumentos importantes.

Al primero que fuimos fue el de los Veteranos de Guerra de Vietnam. Luego fuimos al Lincoln Memorial , el cual es inmenso, y permite evaluar todo el aprecio que pueblo american o tiene con él. Entre éste y el Monumento de Washington, se encuentra la famosa Piscina, en donde Forrest Gump da su discurso (que nadie oyó) sobre la Guerra de Vietnam y se encuentra luego con su amiga Jenny. Desde el mismo se puede ver al fondo el Capitolio.

Después de aquí seguimos paseando por el parque y fuimos al Memorial de la Segunda Guerra Mundial. Es increíble el espacio que ocupan las Guerras en éste país. Desde aquí fuimos al Monumento u Obelisco de Washington, el cual es muy grande, como no podía ser de otra forma. Pero como estábamos muy cansados no le dimos mucha trascendencia, y seguimos nuestro rumbo, pero ésta vez, rumbo al albergue, pues estábamos fulminados.

Por la noche, y a pesar de que no disponíamos de efectivo prácticamente, nos anotamos en un tour gratuito por el Dupont Circle, un barrio de la ciudad. Y estuvo bueno. Marc, nuestro guía, le puso mucha onda e hizo el paseo muy ameno. Pasamos por la Embassy Row, una zona en donde se ubican edificios o casas de varias embajadas de algunos países. Luego fuimos a un pool llamado Buffalo Billiards, que estaba muy bueno. Después de eso volvimos al albergue. Era el fin de una larga jornada.

El domingo era el turno de otro tour gratuito, ésta vez fuimos al Cementerio de Arlington y Georgetown, otro barrio de la ciudad. Y puede resultar algo fuerte para algunas personas ir de “turismo” a un cementerio, pero éste es de los más importantes de Estados Unidos.

Éste cementerio es muy conocido por ser aquél en donde se encuentran los restos de J.F. Kennedy y su familia. Además, es en donde quedan los restos mortales de los militares, ya sean los caídos en combate, como los veteranos. También hay una Tumba al Soldado Desconocido, vigilada todos los días por militares. El paseo estuvo bueno, pero fue muy largo!!! Allí en Arlington, lo primero que hicimos fue ir al cambio de guardia, a las 11 a.m., lo cual aparentemente es un honor para los militares poder hacerlo. Para los turistas por lo menos es bastante gracioso. Se pueden ver muchas tumbas de soldados de la Primera y Segunda Guerra Mundial, así como de otras guerras más recientes como las de Irak y Afganistán.

Ya saliendo del cementerio, y rumbo al barrio de Rosslyn, nos encontramos con otro monumento a las tantas guerras que tuvieron en éste belicoso país.

Seguimos nuestro cansador trayecto hacia Georgetown, un hermoso barrio de la ciudad, cruzando la famosa Ruta 66, y el Potomac River, a través del Francis Scott Key Bridge. Desde éste se puede vislumbrar el famoso edificio de Watergate, de Richard Nixon. Al llegar a la otra orilla del río, nos dirigimos a la universidad de Georgetown, una de las más importantes de U.S.A. Tuvimos también la posibilidad de ver unos famosos escalones de la película El Exorcista, allí mismo. El edificio de la ciudad es de un estilo muy bonito, parecido al Gótico Inglés. Luego tomamos por unas callecitas muy bonitas, una de las cuales pertenecía a los Kennedy, valuada en U$S 8:000.000. Es una zona con casas muy caras.

Estando todos tremendamente agotados, el paseo terminó en una zona comercial muy pintoresca, en la calle M y Wisconsin, donde habían muy lindas tiendas exclusivas. Fue por ésta misma calle M que nos volvimos caminando rumbo al albergue, conociendo un poco más la ciudad.

El día lunes 8, fue el último día entero de visitas en Washington, el cual lo habíamos reservado para visitar Museos. Es así que rumbo a ellos, pasamos por algunos lugares importantes, como por ejemplo el edificio del F.B.I. y el Archivo Nacional. Washington es una ciudad que se caracteriza por tener edificios majestuosos, especialmente aquellos que albergan a organismos del Estado.

Los museos más importantes de la ciudad se concentran en la llamada Institución Smithsonian, con una gran diversidad de museos, todos ellos gratuitos. El primero que visitamos es el Air & Space Museum, magistral museo, y único en su especie. Allí se pueden ver piezas de la evolución de la era espacial, como piedras lunares, naves espaciales, aviones, satélites, trajes espaciales, el módulo Columbia del Apollo 11. Se puede ver el Spirit of Saint Louis, avioneta en la cual se atravesó por primera vez el Océano Atlántico. También hay elementos que explican la hazaña de los hermanos Wright. Hay objetos verdaderamente increíbles. También se pueden ver aviones y armas utilizadas en guerras.

Después de visitarlo, nos fuimos al Castillo Smithsonian, pero resultó ser solamente un centro de información turística. Allí mismo se encuentra la cripta en donde yacen los restos de James Smithson, fundador de la institución.

Desde aquí cruzamos el parque y pasamos por el jardín del Nacional Gallery of Art, para ingresar al Museo de Arte propiamente. Allí vimos obras de Rembrandt, Botticelli, Leonardo Da Vinci, Rápale. El Greco, Tiziano, Paul Cézanne, Auguste Rendir, Vincent Van Gogh, Paul Gaugin y Pablo Picasso, entre otros.

Y así fue como transcurrió nuestro último día de visitas a museos. Desde allí nos quedaba solamente visitar el edificio más alto, el Capitolio. Tan cansados estábamos en nuestra última jornada, que sencillamente nos recostamos en el césped para vislumbrar el edificio. Y así fue como luego emprendimos el retorno al albergue. Estuvimos buscando el MCI Center, el estadio en donde juegan los Washington Wizards, de la NBA. y lo encontramos en la zona de la Chinatown. Tratamos de ingresar pero no nos fue posible, y ahí tomamos la decisión de volver al albergue, ya nuestro viaje estaba llegando a su fin…

Como el vuelo rumbo a casa partía el martes cerca de las 22 hs., teníamos prácticamente todo el día para poder pasear. Pero era tal el cansancio que teníamos acumulado, fruto de éstos 5 meses de viaje, habiendo sido los 2 últimos los más desgastadores, que decidimos quedarnos en el albergue a descansar. Yo aproveché para ir a cambiar mis travelers, y luego nos quedamos en el lobby del albergue con Henry, aprovechando de la Internet inalámbrica.

Un poquito pasadas las 15 hs., dejamos el albergue para emprender el trayecto al aeropuerto, el cual lo hicimos de la forma más económica posible. Nos tomamos el subte hasta la estación Rosslyn, desde donde nos tomábamos el bus hacia el aeropuerto, situado a unos 60 kms. del centro de la capital. Por suerte al aeropuerto llegamos con tiempo, pues nos pasaron cosas insólitas.

Si bien fuimos prácticamente los primeros en llegar, nos sorprendimos cuando nos dijeron que no podían asignarnos los asientos, pues no sabían si tenían lugar para nosotros, y repito, a pesar de ser de los primeros en llegar, cerca de 5 horas antes de la hora de partida del vuelo.

Como si esto no fuera poco, nos “tocó” la revisación “completa” en donde nos abrieron las valijas y las revisaron por todos lados. Además, los inspectores de migraciones nos “revisaron” personalmente también. Allí nos preguntaron infinidad de cosas, tantas que me marearon, y en la distracción no recordaba en donde había guardado mi pasaporte!!! Pensé que lo había perdido!!! Fueron algo así como 10 minutos de desesperación, en donde le pregunté a todos los oficiales con los que había hablado antes. Por suerte lo pude encontrar entre mis pertenencias, y quedé más tranquilo. Si no lo encontraba no volvía.

Unos minutos antes de subir al avión nos encontramos con una pareja del grupo, con quienes habíamos hecho algunos paseos en España.

Ya estábamos con muchas ganas de volver, y la adrenalina por la llegada a mi país y el reencuentro con mis seres queridos hacía muy emocionante ese momento. Y estando en el avión nos preguntábamos cómo sería el reencuentro, la llegada… la cual por suerte, estuvo muy linda.