domingo, 16 de diciembre de 2007

San Sebastián - España


A pesar de haber salido la noche anterior, nos levantamos temprano pues debíamos partir hacia el norte de España, a la ciudad de San Sebastián, en el País Vasco.

El sábado 29 de septiembre tuvimos unas cuantas horas de viaje, y arribamos a destino pasado el medio día. Y a medida que íbamos ingresando a la ciudad, nos íbamos sorprendiendo cada vez más al descubrir una espléndida y hermosísima ciudad, con una magnífica rambla, creo que de las mejores que hemos visto en éste viaje. Hasta incluso el festival de San Sebastián estaba llegando a su fin en ese mismo fin de semana, con la presencia de la actriz Demi Moore.

A la entrada a la ciudad se puede ver el Palacio de los Festivales. el cual tiene una apariencia extraña en su exterior. Estuvimos paseando por la hermosa rambla a la altura del Monte Urgull, desde donde se puede apreciar una hermosa vista de la Bahía de la Concha, junto con el centro de la ciudad.

Luego de aquí fuimos a dejar el auto en un parking techado y salimos a caminar por el centro. La idea era conseguir mapas y alojamiento, ésta última tarea un poco más complicada por el hecho de encontrarnos en el último fin de semana del festival de cine. El centro de la ciudad nos encantó, con edificios de calidad y muy bonitos. Encontramos una calle peatonal, en donde averiguamos por un albergue pero era muy caro y no tenía habitaciones disponibles. Desde ahí se podía ver la Catedral, a la cual no ingresamos. Seguimos recorriendo la ciudady vimos el inmenso y bello edificio del Casino, en donde había un cartel en contra de la organización separatista ETA, oriunda de esa región. Ya habíamos conseguido un mapa, aspecto que nos facilitaba enormemente movilizarnos. De todos modos, fuimos a la Tourist Info a buscar información de algún lugar disponible como para quedarnos. Allí nos indicaron que lo mejor era ir al Camping, el cual quedaba algo lejos del centro. De todas formas, antes de irnos al camping, dimos una vuelta por la magnífica rambla sobre la Playa de la Concha. Y la recorrimos hasta el final , de punta a punta, caminando, hasta llegar a la escultura Peine del Viento, creada por el escultor Chillida. Allí hay un muy extraño tubo de aire (por llamarlo de alguna manera), que por alguna razón lanza un viento muy fuerte, desde el piso, y según la marea reinante. Es rarísimo pero muy divertido, sobre todo para los niños, que están jugando por ahí.

Luego de esto ahí si nos fuimos a buscar el auto para ir al camping, en la última noche de camping por el grupo de viaje, o sea, era la última dormida en la carpa.

Antes de acostarnos, y ya habiendo hecho el check-in, y por ser la última noche, decidimos salir a conocer la movida en San Sebastián. Mauricio se quiso quedar en el camping, y entonces salimos con Henry y Albert. Ya habíamos averiguado que la movida se encontraba en la ciudad vieja. Estuvimos caminando por sus ruidosas calles y entramos a algunos pubs, los cuales estaban buenos. Sin embargo, como debíamos madrugar al día siguiente no nos queríamos acostar muy tarde. De ahí nos fuimos al camping, a tratar de conciliar el sueño, en nuestra última noche en carpa en Europa…

El domingo 30 era el día en que debíamos partir rumbo a Paris, pues el viaje ya estaba finalizando. Al levantarnos, y luego de un breve desayuno, realizamos el famoso y ya sabido sorteo de los lotes de los artículos que habíamos venido usando, y que al desintegrarse la camioneta íbamos a tirar, salvo algunos más valiosos, los cuales íbamos a repartir. De ésta manera, separamos los elementos que nadie quería, los cuales dejamos en el camping por si algún otro turista los precisaba. Por otro lado tuvimos que ver los artículos que sobraban y quienes estaban interesados en ellos. Y se puede decir que me fue bastante bien en el reparto!!! Me tocó quedarme con varias cosas, que a la postre me significaron una gran cantidad de peso adicional para el resto de mi viaje por Estados Unidos.

Como nos habían faltado algunos puntos interesantes de visitar, antes de emprender camino hacia Paris, decidimos dar alguna vuelta por la ciudad. Paseamos por la rambla, después caminamos un poco más por el centro, en donde almorzamos fuerte, y ahí sí, de tarde, comenzamos el largo viaje hacia Paris.

No nos resultó tan fácil ésta vez llegar al aeropuerto. A la capital gala llegamos de madrugada y no había personas a quien preguntarle, cómo llegar al Charles de Gaulle. Pero de todas formas pudimos llegar al aeropuerto, tarde, pero llegamos al fin. Dejamos el auto en el estacionamiento del aeropuerto, y luego de un rato de dar vueltas por la terminal aeroportuaria, fue en la camioneta en donde dormimos.

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