Antes de llegar a Roma, decidimos ir a visitar la pequeña ciudad de Siena, la cual se encuentra en el camino a la capital italiana. Al llegar a la misma, nos costó mucho dar con el centro, y más aún poder ubicar un lugar en donde dejar la camioneta, no tanto un parking techado pues eso era pedir demasiado. Al fin de cuentas, y se ve que debido a nuestra poca paciencia, nos terminamos yendo hacia el destino original, prácticamente sin haber conocido esta bella ciudad.
Lo curioso del asunto es que pasamos cerca del estadio en donde juega el equipo local, en la primera división del Calcio italiano. Pero no sabíamos que esa misma tarde jugaba de local contra el poderoso Milan. Hubiera sido una oportunidad única de ver jugar a los astros campeones de Europa, pero ni nos enteramos del partido, y lo perdimos. Que lástima!!!
El viaje hacia Roma se hizo demasiado complicado, los italianos son terribles manejando, son muy arriesgados y hacen maniobras muy bruscas. Estuvimos al borde de algun incidente peligroso en la autopista, pero por suerte llegamos sanos y salvos...
Al llegar a la capital, el día Sábado 16 de Septiembre, lo primero que hicimos fue ir al camping de la misma cadena a la que veníamos yendo en Italia. Pero en la recepción, y no sabemos por qué, la mujer nos dijo que no habían lugares disponibles en el camping, y que Internet no funcionaba!!! Fue algo rarísimo, pero tratamos de pelearla, no nos dimos por vencidos y fuimos con el muchacho que estaba al lado de ella, en otra ventanilla, y ahí sí que nos aceptó, no nos hizo problema. Todavia no entendemos el por qué de semejante mala atencion...
Luego de poder entrar, estuvimos acomodándonos y descansando, y aprovechando que era sábado a la noche tratamos de ir al centro en bus. Estuvimos esperando el bondi que nos llevara al centro de la ciudad por más de 30 minutos, pero el mismo no pasaba. Es así que decidimos volver al camping pues a la mañana siguiente teníamos que ir al Vaticano, que por ser domingo, tenía que ser de mañana, y ya era muy tarde en la noche!!! Nuestra salida se había cancelado por culpa de terceros...
El domingo 16 era nuestro primer día en Roma, y fue muy productivo. Siendo domingo a la mañana, no podíamos dejar de ir a la Ciudad del Vaticano, cuna de la religión católica. Nos bajamos en la estación Ottaviano en el subte, y nos dirigimos hacia ahí. Es impresionante el tamaño de los edificios. Cuando llegamos a la Plaza Central, lo primero que hicimos fue sacar muchas fotos de la misma. Luego hicimos la larga pero rápida cola que permitía ingresar a la Basílica de San Pedro. La verdad que por dentro es majestuosa, muy bella y muy grande, y con un gran contexto histórico. Se pueden ver por dentro muchas obras de arte valiosísimas, como La Piedad de Miguel Ángel. Lógicamente hay muchas estatuas de los sumos pontífices como Gregorio XIII. Vimos algunos "pecadores" confesándose en el Sacramento de la Confesión. Vimos el cuerpo de Pío X embalsamado. Me llamó poderosamente la atención ver que se estaban bautizando pequeños bebitos ahí mismo, en la Basílica. Debe ser increíble poder ser bautizado en el Vaticano, por todo lo que eso significa.
Después de haber recorrido su interior, tuvimos que hacer otra cola para poder subir a la cúpula del Vaticano, el cual nos costó 7 euros, para subir y bajar por ascensor, pero de todos modos no nos evitó tener que subir unos cuantos escalones caminando hacia la cima. En ella se puede apreciar una vista panorámica muy linda de la ciudad. Luego de esto tuvimos una visita muy emotiva, en el panteón del Vaticano, en donde visitamos las tumbas de los Papas, dentro de los cuales se encuentra la de una de las figuras más importantes del siglo XX: Juan Pablo II. También vimos otras tumbas como la de Benedicto XV. Estuvimos muchas horas en el Vaticano, y nos fuimos al mediodía. Lo único que lamentamos es no haber podido ver al Papa Benedicto XVI, pero creo que se encontraba de gira por otros países. Teníamos hambre y muchas ganas de comer algo distinto, por eso, con esa idea nos fuimos a un restaurant italiano en donde nos dimos una gran panzada. Comí una entrada de Lasagna italiana, y el plato principal fue Milanesa de Pollo con Papas Fritas!!! Valió la pena, estuvo riquísimo y nos gastamos 15 euros en ese lujo.
Seguimos paseando y bordeamos el Río Tévere, el cual atraviesa la ciudad de sur a norte, hasta que llegamos al Castell Sant Angelo y el Puente Sant Angelo. No sabíamos bien de qué se trataba, y por eso lo recorrimos muy rápido y nos fuimos. Pasamos por el Palacio de Justicia, también sobre el río. Cruzamos al otro lado del río por el Puente Humberto, y muy cerca de donde comienza la Vía del Corso, vimos una especie de feria de la NBA, con adolescentes jugando basket. Caminamos por ésta peatonal, y había mucha gente, estaba muy linda. Muy cerca de ahí queda la Piazza Spagna, con su espléndida escalinata y fuente. Ahí también estaba repleto de gente y estaba lindísimo.
Desde ahí fuimos a la Fontana di Trevi, en donde sacamos muchas fotos y tiramos moneditas hacia la fuente, como la costumbre lo indica, solicitando previamente un deseo que se supone se debe cumplir. También bebimos agua de la misma fuente, por unos grifos que se encuentran a los costados de la misma. Dice la leyenda que quien beba de esa agua, en algún momento de su vida, esa persona volverá a Roma, así que espero que se cumpla conmigo...
Pasamos luego por la Fontana del Tritone, y para finalizar la jornada nos fuimos a la Piazza della Repubblica. Ya finalizada la jornada regresamos al camping.
Al día siguiente empezamos los paseos en la zona antigua de Roma, visitando sus ruinas. Es así que luego de ascender de la estación de subte, lo primero que se nos apareció fue un espléndido Monumento de Victor Manuel II, en una especie de palacio, sobre la Plaza Campidoglio. Allí también hay un monumento a la Tumba del Soldado Desconocido. Caminamos un poco más hasta que ahí sí llegamos a las milenarias ruinas del antiguo pueblo romano. Allí vimos el Foro Troyano y el Mercado Troyano, además del Foro de Augusto y Nerva. Seguimos recorriendo las ruinas y vimos el Arco de Tito y el Arco de Triunfo de Constantino. Luego de éstas ruinas llegó el momento de visitar la más importante de las ruinas romanas, El Coliseo. Para poder ingresar tuvimos que pagar 13 euros, incluyendo una audio guía, la cual nos explicaba en español, algunos puntos importantes del Coliseo, a medida que lo íbamos recorriendo. En verdad no pensábamos gastar tanto pero no teníamos otra opción, a pesar de que intentamos mostrar el carnet de prensa. La verdad que en Italia gastamos mucha plata, entre paseos, comidas, peajes, etc.
Luego de una parada técnica, en donde comimos unas pizzas (que estoy convencido que las uruguayas son mucho más ricas), nos fuimos a visitar el edificio de San Pietro in Mincoli, pero no nos impresionó como para ingresar. Desde aquí fuimos al edificio Quirinale, en la Plaza Quirinale, en donde vive el Presidente de Italia, en funciones desde 2006, Giorgio Napolitano (no confundir con el Primer Ministro, el Sr. Romano Prodi). Seguimos caminando por el centro y fuimos a la Plaza Colon, en la Vía del Corso. También pasamos por la Plaza Navona, en donde vimos muchos artistas callejeros, como dibujantes, etc. Luego seguimos yendo rumbo al sur y pasamos por una manzana en donde se encuentran ruinas sagradas. Después fuimos a La Isla, que se encuentra sobre el Río Tévere, atravesando el Puente Fabricio y el Puente Cestio. La idea después de esto era ir al Circo Máximo, en donde pensábamos que habían más ruinas, pero al llegar nos llevamos la ingrata sorpresa de ver un parque, nada más, muy mal cuidado. Después nos dijeron que era una zona todavía no explotada arqueológicamente, y que las ruinas se encuentran bajo tierra, esperando a ser descubiertas...
Luego quisimos atravesar el Río Tévere para ir a la zona de la calle Trastévere. Pero por el camino nos encontramos con la versión original de la Boca de la Verdad. Ya estando del otro lado del río pasamos por la Porta Portesse y llegamos a la Avenida Trastévere, en cuyo alrededor se encuentra una zona muy pintoresca con pubs y restaurantes.
Ya al finalizar no queríamos dejar de visitar y sacar fotos por la noche del Coliseo, pero teníamos la contra de que el subte estaba por cerrar. Es así que nos tuvimos que apurar para poder llegar pero por suerte pudimos verlo sin problema y sacamos muy lindas fotos. Parecían postales las fotos del Coliseo. Después de aquí nos volvimos al camping.
El martes 18 era nuestro último día en Roma, pero no nos íbamos a ir sin antes visitar la Capilla Sixtina, en el Museo del Vaticano, que era lo único importante que no habíamos podido visitar, ya que los días previos había estado cerrada. Es así que nos fuimos del camping sin pagar, un poco para sacarnos la bronca con la mujer que no nos había dejado entrar al camping, sin ninguna razón en especial. Pero dejamos de todas formas la camioneta en el estacionamiento del camping y nos fuimos en bus hacia el centro.
Habiendo llegado al Vaticano, no sabíamos que hacer, ya que había una cola para ingresar de unas 5 cuadras, y tiempo como para esperar era lo que no teníamos, pues nos teníamos que ir de Roma. Es así que después de esperar un rato y viendo que la cola se movía muy poco y estaba por llover, decidimos colarnos y adelantarnos en la fila. Ya nos habíamos mentalizado de que, si no podíamos avanzar o si alguien se daba cuenta, nos íbamos. Por suerte no hubo problema y nos ahorramos cerca de 2 horas de cola aproximadamente, y pudimos entrar bien. Con carnet de estudiante ingresamos pagando 8 euros, en vez de los 13 que costaba la entrada oficial.
Ya estando adentro del museo vimos la Galería de Tapices y la de los Mapamundis entre otros salones. Pero lo más importante, y lo único que vale la pena realmente es la Capilla Sixtina, en donde lo mejor son las pinturas de Miguel Ángel en su interior, en las paredes laterales y en el techo, las cuales son espectaculares. Nos fuimos bastante victoriosos de aquí, por haber ahorrado plata, tiempo y haber sacado fotos en donde no se podía, en el interior de la Capilla.
Luego de haber quedado conformes con las visitas en Roma, nos fuimos al camping a buscar la camioneta. Era la hora de ir hacia Génova en donde íbamos a dormir, pasando previamente por la ciudad de Pisa.
Lo curioso del asunto es que pasamos cerca del estadio en donde juega el equipo local, en la primera división del Calcio italiano. Pero no sabíamos que esa misma tarde jugaba de local contra el poderoso Milan. Hubiera sido una oportunidad única de ver jugar a los astros campeones de Europa, pero ni nos enteramos del partido, y lo perdimos. Que lástima!!!
El viaje hacia Roma se hizo demasiado complicado, los italianos son terribles manejando, son muy arriesgados y hacen maniobras muy bruscas. Estuvimos al borde de algun incidente peligroso en la autopista, pero por suerte llegamos sanos y salvos...
Al llegar a la capital, el día Sábado 16 de Septiembre, lo primero que hicimos fue ir al camping de la misma cadena a la que veníamos yendo en Italia. Pero en la recepción, y no sabemos por qué, la mujer nos dijo que no habían lugares disponibles en el camping, y que Internet no funcionaba!!! Fue algo rarísimo, pero tratamos de pelearla, no nos dimos por vencidos y fuimos con el muchacho que estaba al lado de ella, en otra ventanilla, y ahí sí que nos aceptó, no nos hizo problema. Todavia no entendemos el por qué de semejante mala atencion...
Luego de poder entrar, estuvimos acomodándonos y descansando, y aprovechando que era sábado a la noche tratamos de ir al centro en bus. Estuvimos esperando el bondi que nos llevara al centro de la ciudad por más de 30 minutos, pero el mismo no pasaba. Es así que decidimos volver al camping pues a la mañana siguiente teníamos que ir al Vaticano, que por ser domingo, tenía que ser de mañana, y ya era muy tarde en la noche!!! Nuestra salida se había cancelado por culpa de terceros...
El domingo 16 era nuestro primer día en Roma, y fue muy productivo. Siendo domingo a la mañana, no podíamos dejar de ir a la Ciudad del Vaticano, cuna de la religión católica. Nos bajamos en la estación Ottaviano en el subte, y nos dirigimos hacia ahí. Es impresionante el tamaño de los edificios. Cuando llegamos a la Plaza Central, lo primero que hicimos fue sacar muchas fotos de la misma. Luego hicimos la larga pero rápida cola que permitía ingresar a la Basílica de San Pedro. La verdad que por dentro es majestuosa, muy bella y muy grande, y con un gran contexto histórico. Se pueden ver por dentro muchas obras de arte valiosísimas, como La Piedad de Miguel Ángel. Lógicamente hay muchas estatuas de los sumos pontífices como Gregorio XIII. Vimos algunos "pecadores" confesándose en el Sacramento de la Confesión. Vimos el cuerpo de Pío X embalsamado. Me llamó poderosamente la atención ver que se estaban bautizando pequeños bebitos ahí mismo, en la Basílica. Debe ser increíble poder ser bautizado en el Vaticano, por todo lo que eso significa.
Después de haber recorrido su interior, tuvimos que hacer otra cola para poder subir a la cúpula del Vaticano, el cual nos costó 7 euros, para subir y bajar por ascensor, pero de todos modos no nos evitó tener que subir unos cuantos escalones caminando hacia la cima. En ella se puede apreciar una vista panorámica muy linda de la ciudad. Luego de esto tuvimos una visita muy emotiva, en el panteón del Vaticano, en donde visitamos las tumbas de los Papas, dentro de los cuales se encuentra la de una de las figuras más importantes del siglo XX: Juan Pablo II. También vimos otras tumbas como la de Benedicto XV. Estuvimos muchas horas en el Vaticano, y nos fuimos al mediodía. Lo único que lamentamos es no haber podido ver al Papa Benedicto XVI, pero creo que se encontraba de gira por otros países. Teníamos hambre y muchas ganas de comer algo distinto, por eso, con esa idea nos fuimos a un restaurant italiano en donde nos dimos una gran panzada. Comí una entrada de Lasagna italiana, y el plato principal fue Milanesa de Pollo con Papas Fritas!!! Valió la pena, estuvo riquísimo y nos gastamos 15 euros en ese lujo.
Seguimos paseando y bordeamos el Río Tévere, el cual atraviesa la ciudad de sur a norte, hasta que llegamos al Castell Sant Angelo y el Puente Sant Angelo. No sabíamos bien de qué se trataba, y por eso lo recorrimos muy rápido y nos fuimos. Pasamos por el Palacio de Justicia, también sobre el río. Cruzamos al otro lado del río por el Puente Humberto, y muy cerca de donde comienza la Vía del Corso, vimos una especie de feria de la NBA, con adolescentes jugando basket. Caminamos por ésta peatonal, y había mucha gente, estaba muy linda. Muy cerca de ahí queda la Piazza Spagna, con su espléndida escalinata y fuente. Ahí también estaba repleto de gente y estaba lindísimo.
Desde ahí fuimos a la Fontana di Trevi, en donde sacamos muchas fotos y tiramos moneditas hacia la fuente, como la costumbre lo indica, solicitando previamente un deseo que se supone se debe cumplir. También bebimos agua de la misma fuente, por unos grifos que se encuentran a los costados de la misma. Dice la leyenda que quien beba de esa agua, en algún momento de su vida, esa persona volverá a Roma, así que espero que se cumpla conmigo...
Pasamos luego por la Fontana del Tritone, y para finalizar la jornada nos fuimos a la Piazza della Repubblica. Ya finalizada la jornada regresamos al camping.
Al día siguiente empezamos los paseos en la zona antigua de Roma, visitando sus ruinas. Es así que luego de ascender de la estación de subte, lo primero que se nos apareció fue un espléndido Monumento de Victor Manuel II, en una especie de palacio, sobre la Plaza Campidoglio. Allí también hay un monumento a la Tumba del Soldado Desconocido. Caminamos un poco más hasta que ahí sí llegamos a las milenarias ruinas del antiguo pueblo romano. Allí vimos el Foro Troyano y el Mercado Troyano, además del Foro de Augusto y Nerva. Seguimos recorriendo las ruinas y vimos el Arco de Tito y el Arco de Triunfo de Constantino. Luego de éstas ruinas llegó el momento de visitar la más importante de las ruinas romanas, El Coliseo. Para poder ingresar tuvimos que pagar 13 euros, incluyendo una audio guía, la cual nos explicaba en español, algunos puntos importantes del Coliseo, a medida que lo íbamos recorriendo. En verdad no pensábamos gastar tanto pero no teníamos otra opción, a pesar de que intentamos mostrar el carnet de prensa. La verdad que en Italia gastamos mucha plata, entre paseos, comidas, peajes, etc.
Luego de una parada técnica, en donde comimos unas pizzas (que estoy convencido que las uruguayas son mucho más ricas), nos fuimos a visitar el edificio de San Pietro in Mincoli, pero no nos impresionó como para ingresar. Desde aquí fuimos al edificio Quirinale, en la Plaza Quirinale, en donde vive el Presidente de Italia, en funciones desde 2006, Giorgio Napolitano (no confundir con el Primer Ministro, el Sr. Romano Prodi). Seguimos caminando por el centro y fuimos a la Plaza Colon, en la Vía del Corso. También pasamos por la Plaza Navona, en donde vimos muchos artistas callejeros, como dibujantes, etc. Luego seguimos yendo rumbo al sur y pasamos por una manzana en donde se encuentran ruinas sagradas. Después fuimos a La Isla, que se encuentra sobre el Río Tévere, atravesando el Puente Fabricio y el Puente Cestio. La idea después de esto era ir al Circo Máximo, en donde pensábamos que habían más ruinas, pero al llegar nos llevamos la ingrata sorpresa de ver un parque, nada más, muy mal cuidado. Después nos dijeron que era una zona todavía no explotada arqueológicamente, y que las ruinas se encuentran bajo tierra, esperando a ser descubiertas...
Luego quisimos atravesar el Río Tévere para ir a la zona de la calle Trastévere. Pero por el camino nos encontramos con la versión original de la Boca de la Verdad. Ya estando del otro lado del río pasamos por la Porta Portesse y llegamos a la Avenida Trastévere, en cuyo alrededor se encuentra una zona muy pintoresca con pubs y restaurantes.
Ya al finalizar no queríamos dejar de visitar y sacar fotos por la noche del Coliseo, pero teníamos la contra de que el subte estaba por cerrar. Es así que nos tuvimos que apurar para poder llegar pero por suerte pudimos verlo sin problema y sacamos muy lindas fotos. Parecían postales las fotos del Coliseo. Después de aquí nos volvimos al camping.
El martes 18 era nuestro último día en Roma, pero no nos íbamos a ir sin antes visitar la Capilla Sixtina, en el Museo del Vaticano, que era lo único importante que no habíamos podido visitar, ya que los días previos había estado cerrada. Es así que nos fuimos del camping sin pagar, un poco para sacarnos la bronca con la mujer que no nos había dejado entrar al camping, sin ninguna razón en especial. Pero dejamos de todas formas la camioneta en el estacionamiento del camping y nos fuimos en bus hacia el centro.
Habiendo llegado al Vaticano, no sabíamos que hacer, ya que había una cola para ingresar de unas 5 cuadras, y tiempo como para esperar era lo que no teníamos, pues nos teníamos que ir de Roma. Es así que después de esperar un rato y viendo que la cola se movía muy poco y estaba por llover, decidimos colarnos y adelantarnos en la fila. Ya nos habíamos mentalizado de que, si no podíamos avanzar o si alguien se daba cuenta, nos íbamos. Por suerte no hubo problema y nos ahorramos cerca de 2 horas de cola aproximadamente, y pudimos entrar bien. Con carnet de estudiante ingresamos pagando 8 euros, en vez de los 13 que costaba la entrada oficial.
Ya estando adentro del museo vimos la Galería de Tapices y la de los Mapamundis entre otros salones. Pero lo más importante, y lo único que vale la pena realmente es la Capilla Sixtina, en donde lo mejor son las pinturas de Miguel Ángel en su interior, en las paredes laterales y en el techo, las cuales son espectaculares. Nos fuimos bastante victoriosos de aquí, por haber ahorrado plata, tiempo y haber sacado fotos en donde no se podía, en el interior de la Capilla.
Luego de haber quedado conformes con las visitas en Roma, nos fuimos al camping a buscar la camioneta. Era la hora de ir hacia Génova en donde íbamos a dormir, pasando previamente por la ciudad de Pisa.
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