Del albergue en Praga no salimos muy temprano, pues nos quedamos aprovechando la conexión de internet que disponíamos. A eso del mediodía tomamos la autopista para emprender el viaje hacia Viena, la capital austríaca.
Al llegar a Viena, el viernes 7 de Septiembre, nos pasó lo que nos viene ocurriendo en todas las ciudades. Nos costó mucho ubicar el camping en donde nos íbamos a quedar. Literalmente tuvimos que atravesar la ciudad de punta a punta, pasando por el famoso río Danubio, que puedo garantizar que no es Azul, sino de un color marrón. Pero preguntando se llega a Roma, o mejor dicho, a Viena en nuestro caso. Luego de algunas horas pudimos dar con el Camping West. Lo bueno del asunto es que, al atravesar la ciudad, tuve una muy grata impresión de todo lo que era Viena, y de lo linda que es.
Al llegar al camping nos ofrecieron quedarnos en un ambiente compartido con 14 camas, porque parece que era lo único que tenían, o costaba lo mismo que poner la carpa. Pero lo bueno de esto es que estaba separado en 2 ambientes cerrados, y éramos los únicos que estábamos en él. O sea, era como haber conseguido una cabaña para nosotros, y estábamos muy cómodos. Allí nos quedamos el resto del día, aprovechando de la conexión a internet, y a lavar algo de ropa, lo cual era algo que no podíamos posponer por encontrarnos en una situación crítica, jejje.
El día siguiente a nuestra llegada fue muy largo, pero por suerte lo pudimos aprovechar muy bien. Nos tomamos el metro para ir al centro, habiendo dejado la camioneta en el camping. Nos bajamos en la estación de Karlsplatz, en la zona histórica, en donde se encuentran la mayoría de los atractivos turísticos de la ciudad.
Comenzamos a caminar y nos encontramos con el espléndido edificio de la Opera, en donde el locatario Wolfgang Amadeus Mozart alguna vez tocó. Si bien Viena se caracteriza por su virtuosismo musical del estilo clásico, es éste compositor el eje central de la temática turística. Es así que por doquier se encuentran tiendas de souvenirs que hacen alusión a éste genio musical.
Nuestro camino continuó hasta que alcanzamos un tourist information center, en donde nos dieron una guía con un walking tour que no podíamos desperdiciar.
El primer paseo consistía en recorrer la calle peatonal hasta donde muere la misma, que es justo en donde está situada la bellísima iglesia de San Esteban, de estilo gótico. Allí nos enteramos de que el actual Papa, Benedicto XVI, iba a dar una Misa al día siguiente, el domingo!!! Pudimos ingresar a la iglesia y vimos al coro ensayando para el gran acontecimiento del día siguiente, pero no vimos a los Niños Cantores de Viena.
Luego de aquí nos fuimos a la casa en donde el mágico W. A. Mozart vivió sus últimos años de vida. Ingresamos con carnet de prensa y realmente nos sorprendimos por el trato recibido. Nos dijeron que no podíamos sacar fotografías, pero que no nos preocupáramos pues nos iban a dar un Kit especialmente preparado para la prensa, en donde detallan la historia de la vivienda, nos dieron un DVD con las fotos de la misma, etc. Estaban muy organizados y el material que nos dieron era de muy buena calidad.
Desde aquí seguimos paseando hasta llegar al Palacio Imperial, muy bonito, en la Plaza Heldenplatz. Desde aquí fuimos al Barrio de los Museos, en donde se encuentran algunos de los más importantes, como el de Bellas Artes y el de Historia Natural. Desde allí bajamos por la Getreidemarkt hasta el edificio de la Secesión, con su Cúpula de Hojas Doradas. Luego seguimos caminando hasta el Musikverein, que viene a ser el hogar de la Orquesta Sinfónica de Viena. Muy próximo a éste se encuentra la Konzerthaus, y en el Parque Stadpark se puede apreciar el Monumento Dorado de Johann Strauss. Finalizamos el tour conociendo la Casa de la Música.
Como nuestra idea era llegar tarde al camping, y era temprano, nos fuimos en subte al barrio en donde se encuentra el complejo edilicio de las Naciones Unidas. Lógicamente estaba cerrado por ser fin de semana, pero de todas formas lo pudimos conocer. Muy próximo a éste se encuentra la Torre del Danubio, una colosal torre de 150 metros de altura en cuya cima se encuentra un mirador a la ciudad. De no haber sido por el carnet de prensa creo que no hubiéramos subido. Si bien el clima no era muy bueno para tener vistas panorámicas, era lindo poder ver la ciudad anocheciendo. Estuvimos poco rato disfrutando el paisaje pues estaba muy frío allá arriba y lloviznaba. Vimos en el mismo mirador una especie de plataforma desde donde hacen Bungee Jumping, lo cual debe ser aterrador desde 150 metros... Luego nos fuimos a un barrio en donde nos habían dicho que habían pubs pero no dimos con la calle, no lo encontramos, y nos volvimos al camping.
Queríamos llegar al camping tarde, para que la recepción estuviera cerrada, y meternos en el ambiente en común en el que estuvimos ayer. Esto lo pensamos pues ya habíamos hecho el check out del camping, y poder pasar desapercibidos, así a la mañana siguiente nos íbamos bien temprano, y por supuesto, sin haber pagado por el alojamiento. Tuvimos la suerte de que esa "cabaña" no había sido alquilada para nadie más, entonces nos pudimos instalar ahí de nuevo para pasar la noche.
Nos levantamos muy temprano a la mañana siguiente para poder irnos, pero no contábamos con que íbamos a tener un pequeño problema. La puerta de salida de nuestra “cabaña”, por donde pensábamos salir, estaba trancada por fuera con llave!!! Esto nos preocupó al principio, pero tuvimos la genial idea de escaparnos por la ventana!!! Sssssiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!! Como si fuéramos unos delincuentes, saltamos con valijas, mochilas, sobres de dormir, etc por la ventana para poder irnos… jejje. Insólito!!! Ya estando en el auto, nos retiramos tranquilamente hacia la calle, habiéndonos ahorrado en total cerca de 30€. Nada mal, no???
Teníamos en un principio ganas de seguir recorriendo las calles de Viena, a los efectos de poder conocer algunos lugares que no habíamos podido ver. Era el día en que el Papa iba a dar su discurso también, lo cual iba a ser todo un acontecimiento. Sin embargo, la lluvia era una limitación, y teníamos que partir rumbo a Salzburgo. Es así que decidimos irnos en carretera hacia esa pequeña ciudad austríaca, habiendo disfrutado mucho de la capital de Austria.
Al llegar a Viena, el viernes 7 de Septiembre, nos pasó lo que nos viene ocurriendo en todas las ciudades. Nos costó mucho ubicar el camping en donde nos íbamos a quedar. Literalmente tuvimos que atravesar la ciudad de punta a punta, pasando por el famoso río Danubio, que puedo garantizar que no es Azul, sino de un color marrón. Pero preguntando se llega a Roma, o mejor dicho, a Viena en nuestro caso. Luego de algunas horas pudimos dar con el Camping West. Lo bueno del asunto es que, al atravesar la ciudad, tuve una muy grata impresión de todo lo que era Viena, y de lo linda que es.
Al llegar al camping nos ofrecieron quedarnos en un ambiente compartido con 14 camas, porque parece que era lo único que tenían, o costaba lo mismo que poner la carpa. Pero lo bueno de esto es que estaba separado en 2 ambientes cerrados, y éramos los únicos que estábamos en él. O sea, era como haber conseguido una cabaña para nosotros, y estábamos muy cómodos. Allí nos quedamos el resto del día, aprovechando de la conexión a internet, y a lavar algo de ropa, lo cual era algo que no podíamos posponer por encontrarnos en una situación crítica, jejje.
El día siguiente a nuestra llegada fue muy largo, pero por suerte lo pudimos aprovechar muy bien. Nos tomamos el metro para ir al centro, habiendo dejado la camioneta en el camping. Nos bajamos en la estación de Karlsplatz, en la zona histórica, en donde se encuentran la mayoría de los atractivos turísticos de la ciudad.
Comenzamos a caminar y nos encontramos con el espléndido edificio de la Opera, en donde el locatario Wolfgang Amadeus Mozart alguna vez tocó. Si bien Viena se caracteriza por su virtuosismo musical del estilo clásico, es éste compositor el eje central de la temática turística. Es así que por doquier se encuentran tiendas de souvenirs que hacen alusión a éste genio musical.
Nuestro camino continuó hasta que alcanzamos un tourist information center, en donde nos dieron una guía con un walking tour que no podíamos desperdiciar.
El primer paseo consistía en recorrer la calle peatonal hasta donde muere la misma, que es justo en donde está situada la bellísima iglesia de San Esteban, de estilo gótico. Allí nos enteramos de que el actual Papa, Benedicto XVI, iba a dar una Misa al día siguiente, el domingo!!! Pudimos ingresar a la iglesia y vimos al coro ensayando para el gran acontecimiento del día siguiente, pero no vimos a los Niños Cantores de Viena.
Luego de aquí nos fuimos a la casa en donde el mágico W. A. Mozart vivió sus últimos años de vida. Ingresamos con carnet de prensa y realmente nos sorprendimos por el trato recibido. Nos dijeron que no podíamos sacar fotografías, pero que no nos preocupáramos pues nos iban a dar un Kit especialmente preparado para la prensa, en donde detallan la historia de la vivienda, nos dieron un DVD con las fotos de la misma, etc. Estaban muy organizados y el material que nos dieron era de muy buena calidad.
Desde aquí seguimos paseando hasta llegar al Palacio Imperial, muy bonito, en la Plaza Heldenplatz. Desde aquí fuimos al Barrio de los Museos, en donde se encuentran algunos de los más importantes, como el de Bellas Artes y el de Historia Natural. Desde allí bajamos por la Getreidemarkt hasta el edificio de la Secesión, con su Cúpula de Hojas Doradas. Luego seguimos caminando hasta el Musikverein, que viene a ser el hogar de la Orquesta Sinfónica de Viena. Muy próximo a éste se encuentra la Konzerthaus, y en el Parque Stadpark se puede apreciar el Monumento Dorado de Johann Strauss. Finalizamos el tour conociendo la Casa de la Música.
Como nuestra idea era llegar tarde al camping, y era temprano, nos fuimos en subte al barrio en donde se encuentra el complejo edilicio de las Naciones Unidas. Lógicamente estaba cerrado por ser fin de semana, pero de todas formas lo pudimos conocer. Muy próximo a éste se encuentra la Torre del Danubio, una colosal torre de 150 metros de altura en cuya cima se encuentra un mirador a la ciudad. De no haber sido por el carnet de prensa creo que no hubiéramos subido. Si bien el clima no era muy bueno para tener vistas panorámicas, era lindo poder ver la ciudad anocheciendo. Estuvimos poco rato disfrutando el paisaje pues estaba muy frío allá arriba y lloviznaba. Vimos en el mismo mirador una especie de plataforma desde donde hacen Bungee Jumping, lo cual debe ser aterrador desde 150 metros... Luego nos fuimos a un barrio en donde nos habían dicho que habían pubs pero no dimos con la calle, no lo encontramos, y nos volvimos al camping.
Queríamos llegar al camping tarde, para que la recepción estuviera cerrada, y meternos en el ambiente en común en el que estuvimos ayer. Esto lo pensamos pues ya habíamos hecho el check out del camping, y poder pasar desapercibidos, así a la mañana siguiente nos íbamos bien temprano, y por supuesto, sin haber pagado por el alojamiento. Tuvimos la suerte de que esa "cabaña" no había sido alquilada para nadie más, entonces nos pudimos instalar ahí de nuevo para pasar la noche.
Nos levantamos muy temprano a la mañana siguiente para poder irnos, pero no contábamos con que íbamos a tener un pequeño problema. La puerta de salida de nuestra “cabaña”, por donde pensábamos salir, estaba trancada por fuera con llave!!! Esto nos preocupó al principio, pero tuvimos la genial idea de escaparnos por la ventana!!! Sssssiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!! Como si fuéramos unos delincuentes, saltamos con valijas, mochilas, sobres de dormir, etc por la ventana para poder irnos… jejje. Insólito!!! Ya estando en el auto, nos retiramos tranquilamente hacia la calle, habiéndonos ahorrado en total cerca de 30€. Nada mal, no???
Teníamos en un principio ganas de seguir recorriendo las calles de Viena, a los efectos de poder conocer algunos lugares que no habíamos podido ver. Era el día en que el Papa iba a dar su discurso también, lo cual iba a ser todo un acontecimiento. Sin embargo, la lluvia era una limitación, y teníamos que partir rumbo a Salzburgo. Es así que decidimos irnos en carretera hacia esa pequeña ciudad austríaca, habiendo disfrutado mucho de la capital de Austria.
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