El domingo 19 de agosto, fue el día en que partimos en excursión desde Helsinki hacia el increíble país de Rusia. El camino hacia la frontera rusa nos llevó unas 2 horas aproximadamente en bus, y luego de cruzar la aduana finlandesa, tuvimos que hacer lo mismo en la aduana rusa. Son 2 aduanas independientes entre sí, pero con la particularidad de estar separadas por algunos quilómetros, habiendo una especie de tierra de nadie entre medio de ambas.
Y allí en la Aduana rusa ya empezamos a encontrarnos con algunos indicios de lo que caracteriza a los rusos, su temperamento y forma de ser, su estilo. Resulta que al llegar a la Aduana tuvimos que descender del bus para poder realizar el tramite de migraciones, y resulta que algunos compañeros tuiveron algunos problemas para ingresar. Uno de ellos, por tener el Pasaporte cancelado por un imprevisto en Inglaterra, no pudo entrar a Rusia y tuvo que volverse, pues al tener el pasaporte cancelado se le cancelo a su vez la Visa en el mismo. Que momento!!! Lamentablemente no pudimos convencer al oficial de migraciones para que lo dejaran entrar... Este chico tuvo que volverse a Helsinki a solucionar su problema, para luego de solucionado si poder ingresar. Y otro muchacho tuvo problema pues su Visa tenía algunos datos erróneos, logicamente por problemas en la traducción del idioma y el uso de otro alfabeto, pero éste tuvo mejor suerte y pudo continuar su viaje, luego de algunos minutos de nerviosismo.
La llegada a San Petersburgo, antiguamente llamada Leningrado y Petrogrado, fue por la tarde, lo que nos permitió, luego de realizar el check in en el hotel, realizar un paseo informal con Marcel, quien nos mostró algunas de las alternativas que tenemos en la ciudad.
Arreglamos de encontrarnos en el lobby para poder salir caminando hacia el centro, en un largo trayecto, pues debíamos atravesar uno de los tantos puentes que separan a la ciudad, atravesando el Río Neva. Recorrimos su avenida principal, la Nevski, la cual estaba llena de gente y muchas luces. Vimos la Catedral de la Redención de la Sangre Derramada, una extraña pero bellísima obra, similar a otra que se encuentra en Moscú, muy famosa por su extraño aspecto. El paseo estuvo muy lindo, cenamos en un Mac Donalds de por ahí, y nos volvimos en subte, que junto con el de Moscú, son los más profundos del mundo, con cerca de 100 metros de profundidad, ambos con capacidad para albergar a millones de personas en caso de guerra nuclear, o sea, se pueden transformar en fortalezas subterráneas, en caso de ser necesario.
La ubicación del hotel (Hotel St. Petersburg), el cual estaba alejado del centro, nos limitó en gran medida, pues los puentes se levantan durante la madrugada, imposibilitando poder atravesar de un lado a otro la ciudad, hasta un poco antes del amanecer. Es por esto que todas nuestras salidas nocturnas debían finalizar antes de la hora en que los puentes se levantaran, con la otra contra de que el servicio de subte también se cortaba durante la madrugada.
El primer día entero en la ciudad lo aprovechamos para realizar un city tour. Recorrimos varios puntos de interés. Nos detuvimos en primer lugar en la Plaza Roma de la Isla Vasilevski. Allí nos sorprendimos con una costumbre rusa que consiste en que los novios en el día de su casamiento salen a sacarse fotos con sus amigos y familiares en ciertos puntos de la ciudad, que por lo general son turísticos, y de ahí la sorpresa de verlos!!! También había como una feria con vendedores ambulantes y algo asi como un domador de osos, con un osito cachorrito al cual lo alimentaba con un biberón de leche... muy gracioso!!!
Luego fuimos la plaza en donde se encuentra el Edificio del Ayuntamiento, desde donde se veía la Catedral de San Isaac. Pasamos también por el Teatro Marinsky y por la Iglesia de San Nicolás, de estilo barroco. Vimos una especie de Arco de Triunfo y el edificio de la Biblioteca Nacional.
Hicimos una parada bastante especial, visitamos el Memorial del Bloqueo de Leningrado. El mismo recuerda el Sitio que los nazis efectuaron en la ciudad durante 900 días, en la Segunda Guerra Mundial. Como dato anecdótico se dice que fallecieron entre 20 y 40 millones de rusos en ésta guerra. Una cifra poco creíble en éstos tiempos…
Nuestro paseo finalizó en el centro, en la Avenida Nevski nuevamente, visitando la Catedral de San Isaac, a la cual ingresamos. Recorrimos la zona caminando para poder conocer algo más, ver gente... Luego regresamos al hotel, caminando. En verdad es como que no nos animamos a usar el subte por un tema de idioma, para no perdernos, no esta muy claro de entender... Un poco antes de llegar al hotel, nos detuvimos del otro lado de la riviera para poder sacar lindas fotos por la nochecita del hotel y de algunas cosas que habían por ahi...
El martes 21, el paseo del día lo constituyó el Museo Hermitage, uno de los más grandes del mundo, el cual en la antigüedad fue el Palacio de Invierno de los Zares. Es un edificio muy lujoso y extremadamente grande, y lógicamente no lo pudimos recorrer en su integridad, pero el paseo guiado nos llevó por algunos puntos importantes. Visitamos hermosas pinturas de Leonardo Da Vinci, Rafael, Murillo, Velázquez, El Greco, Rembrandt, y los impresionistas Renoir, Cezanne, Van Gogh, Gaugin, Matisse y Picasso, siendo éste ultimo el que mas me agradó. También pudimos ver ambientaciones de salas de la epoca antigua, muy impresionantes.
La llegada a San Petersburgo, antiguamente llamada Leningrado y Petrogrado, fue por la tarde, lo que nos permitió, luego de realizar el check in en el hotel, realizar un paseo informal con Marcel, quien nos mostró algunas de las alternativas que tenemos en la ciudad.
Arreglamos de encontrarnos en el lobby para poder salir caminando hacia el centro, en un largo trayecto, pues debíamos atravesar uno de los tantos puentes que separan a la ciudad, atravesando el Río Neva. Recorrimos su avenida principal, la Nevski, la cual estaba llena de gente y muchas luces. Vimos la Catedral de la Redención de la Sangre Derramada, una extraña pero bellísima obra, similar a otra que se encuentra en Moscú, muy famosa por su extraño aspecto. El paseo estuvo muy lindo, cenamos en un Mac Donalds de por ahí, y nos volvimos en subte, que junto con el de Moscú, son los más profundos del mundo, con cerca de 100 metros de profundidad, ambos con capacidad para albergar a millones de personas en caso de guerra nuclear, o sea, se pueden transformar en fortalezas subterráneas, en caso de ser necesario.
La ubicación del hotel (Hotel St. Petersburg), el cual estaba alejado del centro, nos limitó en gran medida, pues los puentes se levantan durante la madrugada, imposibilitando poder atravesar de un lado a otro la ciudad, hasta un poco antes del amanecer. Es por esto que todas nuestras salidas nocturnas debían finalizar antes de la hora en que los puentes se levantaran, con la otra contra de que el servicio de subte también se cortaba durante la madrugada.
El primer día entero en la ciudad lo aprovechamos para realizar un city tour. Recorrimos varios puntos de interés. Nos detuvimos en primer lugar en la Plaza Roma de la Isla Vasilevski. Allí nos sorprendimos con una costumbre rusa que consiste en que los novios en el día de su casamiento salen a sacarse fotos con sus amigos y familiares en ciertos puntos de la ciudad, que por lo general son turísticos, y de ahí la sorpresa de verlos!!! También había como una feria con vendedores ambulantes y algo asi como un domador de osos, con un osito cachorrito al cual lo alimentaba con un biberón de leche... muy gracioso!!!
Luego fuimos la plaza en donde se encuentra el Edificio del Ayuntamiento, desde donde se veía la Catedral de San Isaac. Pasamos también por el Teatro Marinsky y por la Iglesia de San Nicolás, de estilo barroco. Vimos una especie de Arco de Triunfo y el edificio de la Biblioteca Nacional.
Hicimos una parada bastante especial, visitamos el Memorial del Bloqueo de Leningrado. El mismo recuerda el Sitio que los nazis efectuaron en la ciudad durante 900 días, en la Segunda Guerra Mundial. Como dato anecdótico se dice que fallecieron entre 20 y 40 millones de rusos en ésta guerra. Una cifra poco creíble en éstos tiempos…
Nuestro paseo finalizó en el centro, en la Avenida Nevski nuevamente, visitando la Catedral de San Isaac, a la cual ingresamos. Recorrimos la zona caminando para poder conocer algo más, ver gente... Luego regresamos al hotel, caminando. En verdad es como que no nos animamos a usar el subte por un tema de idioma, para no perdernos, no esta muy claro de entender... Un poco antes de llegar al hotel, nos detuvimos del otro lado de la riviera para poder sacar lindas fotos por la nochecita del hotel y de algunas cosas que habían por ahi...
El martes 21, el paseo del día lo constituyó el Museo Hermitage, uno de los más grandes del mundo, el cual en la antigüedad fue el Palacio de Invierno de los Zares. Es un edificio muy lujoso y extremadamente grande, y lógicamente no lo pudimos recorrer en su integridad, pero el paseo guiado nos llevó por algunos puntos importantes. Visitamos hermosas pinturas de Leonardo Da Vinci, Rafael, Murillo, Velázquez, El Greco, Rembrandt, y los impresionistas Renoir, Cezanne, Van Gogh, Gaugin, Matisse y Picasso, siendo éste ultimo el que mas me agradó. También pudimos ver ambientaciones de salas de la epoca antigua, muy impresionantes.
La idea fue después tratar de ingresar al famoso templo de la Resurrección de Cristo (o Catedral de la Redención de la SangreDerramada como expresé anteriormente). Ingreamos a la misma y procuramos obtener fotos, lo cual hicimos hasta que una viejita me pidio que no lo hiciéramos. Me impresionó lo sobrecargada que se encuentra en su interior. Prácticamente no hay superficie de su interior que no esté pintada.
Desde aquí la idea era ir al Museo Militar, que quedaba algo alejado de donde nos encontrábamos. Pero lamentablemente cuando llegamos nos encontramos con la ingrata sorpresa de que justo estaba cerrado. Pero no nos quedamos con las manos vacías. A continuación fuimos a la Fortaleza de San Peter y San Paul, que queda al lado, la cual en cierta forma dio origen a la ciudad, recorriendo su iglesia y algún museo en su interior. Luego de muchas fotos y una larga caminata nos volvimos al hotel. Fue un dia que aprovechamos muy bien...
El último día en San Petersburgo no dejó de ser interesante pues visitamos Petrodvarest, también llamado Peterhof, el Palacio de Verano de los antiguos Zares, en donde, con una majestuosidad única, Pedro I supo vivir. Es un palacio con un inmenso jardín y lujoso en todas sus habitaciones y corredores. Lamentablemente no se podían sacar fotos así que los recuerdos gráficos fallan por su ausencia.
Luego de ésta visita fuimos al Museo de Artillería o de la Guerra, el cual sí se encontraba abierto en ésta oportunidad, donde se exhiben en muy buenas condiciones elementos utilizados en la Segunda Guerra Mundial. Ahí pudimos ver tanques, metralletas, y otras armas de fuego, y otras herramientas interesantes que se emplearon. Como quedaba cerca, nos tomamos luego un bote para recorrer la ciudad por el Río Neva.
Es necesario hacer mención a la inmensa ayuda que constituyó poder compartir con Marcel ésta excursión, pues en todo momento nos impresionaba con cuentos acerca de la historia rusa, además de ser un muy buen comentarista de la realidad actual de éste desconocido país. Hay que destacar que la transmisión de su conocimiento, luego de casi 14 años de vivir en el país, nos facilitó la tarea de poder adaptarnos a la ciudad, y no tener muchos inconvenientes al respecto. Era grandioso poder escuchar sus anécdotas que nos hacían rememorar algunas cosas estudiadas anteriormente, en la escuela o en el liceo...
Por la noche, emprendimos viaje hacia la capital rusa, a la ciudad de Moscú.
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