Viajamos desde Berlín por la tarde por las autopistas y llegamos a Praga por la noche. Como es habitual en todas las ciudades, nos costó encontrar el albergue, el cual a pesar de estar cerca del centro, se encuentra en una zona oscura. Por lo que pudimos averiguar, durante el año lectivo, éste albergue funciona como residencia estudiantil de la universidad que se encuentra al lado, en el mismo edificio.
Luego de hacer el check-in, salimos a recorrer el centro y a cenar. Como en Praga no funciona el euro, fuimos a cambiar plata a un cambio, en donde nos cobraron una comisión que nos mató!!! Ni sabíamos que nos iban a fajar, pero nos dio una bronca en ese momento impresionante. Como si esto no fuera poco, fuimos a cenar a KFC, un restaurante en donde pedimos unas milanesitas que estaban llenas de huesos y encima tenían piel!!! Era horrible!!! Fue una salida en donde nos sentimos estafados 2 veces en 20 minutos!!!! Y ni hablar de la bronca que nos dio. Lo que si es cierto es que a KFC no vuelvo nunca mas…
A la mañana siguiente, salimos a recorrer el centro de la ciudad. En verdad, como nos ocurre siempre, no teníamos mucha idea de a donde ir, pero seguro que en el centro algo íbamos a encontrar. Y así fue como, por lo menos en éste día, descubrimos ésta hermosa ciudad.
Con lo primero que nos topamos al llegar a la zona "antigua", llamada también "Praga 1" (dada la numeración que se le da a las zonas de la ciudad) fue el majestuoso edificio del Museo Nacional, al cual solo ingresamos para tomar algunas fotografías. Ahí mismo nace o muere la Avenida Vaclavski Namesti, la cual parece ser de las más importantes, a pesar de ser muy corta.
Caminamos también por una muy pintoresca peatonal, la Naprikope, al final de la cual nos encontramos con la Torre de la Pólvora y la Casa Municipal. Praga es una ciudad que se divide en zonas, de las cuales las zonas 1 a 3 son las más turísticas. Seguimos recorriendo entonces la Praga 1, y visitamos una exposición de obras de la Edad Media, en un perfecto estado. Seguimos nuestro tour y encontramos una zona en donde habían algunas Sinagogas.
Muy hermoso es el Puente de Carlos, que une los 2 extremos de la ciudad, que separa el Río Vltava, o mejor dicho, Moldava, en la ciudad vieja. Es asombroso el buen estado en que se conserva, a pesar de haber sido construido en el año 1357. Luego de atravesar el mismo, la principal atracción era visitar el Castillo de Praga, pero solamente ingresamos a su Catedral, la cual es muy grande y muy linda.
A la vuelta del Castillo, volvimos a atravesar el puente, pero ésta vez para visitar la gran torre que se encuentra en un extremo. Ahí ocurrió algo bastante gracioso. Cuando le mostramos a la cajera el carnet de prensa para poder ingresar, mediante nuestro ya clásico discurso, la mujer no nos dejaba entrar gratis, pero como ya sabiendo que la estábamos embromando. Ahí otro tipo nos preguntó si éramos solo nosotros cuatro, y si no venía nadie más atrás nuestro. O sea, se dieron cuenta de todo, lo cual es bastante lógico, pues dada la vuelta que venimos dando en Europa, nosotros somos los que venimos más atrasados, y ya varios uruguayos con carnet de prensa ingresaron a algunas atracciones turísticas antes que nosotros...
Volviendo a la Torre, la vista es espléndida!!! Pudimos sacar muy bonitas fotos del puente y de la ciudad desde arriba. Después de aquí seguimos recorriendo la ciudad vieja, caminando por sus hermosas calles, hasta que después de un par de horas regresamos al hotel a descansar.
En verdad fuimos a dormir una siesta para poder salir de noche. Fuimos al final a una discoteca que nos habían recomendado, llamada Karlovy Lazne, de 4 pisos, al lado de la Torre de Charles y el puente. A pesar de que estuvo lloviendo estuvo linda la salida. Ingresamos con carnet de prensa, lo cual nos permitió ahorrarnos U$S 5, y nos reíamos por la música que pasaban, pues se podía escuchar Lambada y los Gipsy Kings, además de que las luces de colores en la discoteca eran de papel, jejje. Que atraso. La ida y la vuelta la hicimos en tranvía, y como es de razonar, no pagamos el boleto. La ropería para dejar las cosas era a voluntad, o sea, la salida me resultó baratísima!!!
La mañana siguiente apareció con una lluvia torrencial sobre la ciudad, lo cual nos obligó a permanecer dentro del albergue hasta pasado el mediodía, en donde pudimos salir a visitar más puntos de interés. Y nuevamente nos fuimos al casco antiguo de la ciudad. Allí descubrimos una gran torre y muy antigua a la cual ingresamos. Primero se debía subir para después pagar, pero esto lo único que hizo fue facilitarnos la tarea de mostrar el carnet de prensa, pues era como ya estar dentro de la atracción. Además no nos fue muy difícil convencer a una solitaria viejita que se encontraba custodiando la torre. La misma estaba buena, pues nos permitía ver la ciudad desde todos los ángulos posibles, y por dentro era toda de madera, muy pintoresca.
Luego de aquí comenzamos a caminar por la calle Celetná, una calle peatonal muy bella. Por ahí se encuentra la ya mencionada Torre de la Pólvora y el Edificio del Municipio. A través de la peatonal llegamos a la Plaza Central de la ciudad vieja, la Staromestske Namesti, muy amplia, y en donde hay muchos puntos importantes como el Ayuntamiento y la iglesia, en donde se encuentra un reloj astronómico muy particular, de la época medieval. El mismo, cada vez que el reloj marca las horas, se enciende el "cucu", y aparecen las figuras de los once apóstoles encabezados por San Pedro, y otras tantas figuras. Luego de esto, y como no nos quedaba mucho más por recorrer, decidimos seguir paseando pero volviendo rumbo al hotel.
Y así es como finalizó nuestra experiencia aquí en Praga. En el hostel nos quedamos aprontando las cosas para partir a la mañana siguiente rumbo a Viena, en Austria.
Luego de hacer el check-in, salimos a recorrer el centro y a cenar. Como en Praga no funciona el euro, fuimos a cambiar plata a un cambio, en donde nos cobraron una comisión que nos mató!!! Ni sabíamos que nos iban a fajar, pero nos dio una bronca en ese momento impresionante. Como si esto no fuera poco, fuimos a cenar a KFC, un restaurante en donde pedimos unas milanesitas que estaban llenas de huesos y encima tenían piel!!! Era horrible!!! Fue una salida en donde nos sentimos estafados 2 veces en 20 minutos!!!! Y ni hablar de la bronca que nos dio. Lo que si es cierto es que a KFC no vuelvo nunca mas…
A la mañana siguiente, salimos a recorrer el centro de la ciudad. En verdad, como nos ocurre siempre, no teníamos mucha idea de a donde ir, pero seguro que en el centro algo íbamos a encontrar. Y así fue como, por lo menos en éste día, descubrimos ésta hermosa ciudad.
Con lo primero que nos topamos al llegar a la zona "antigua", llamada también "Praga 1" (dada la numeración que se le da a las zonas de la ciudad) fue el majestuoso edificio del Museo Nacional, al cual solo ingresamos para tomar algunas fotografías. Ahí mismo nace o muere la Avenida Vaclavski Namesti, la cual parece ser de las más importantes, a pesar de ser muy corta.
Caminamos también por una muy pintoresca peatonal, la Naprikope, al final de la cual nos encontramos con la Torre de la Pólvora y la Casa Municipal. Praga es una ciudad que se divide en zonas, de las cuales las zonas 1 a 3 son las más turísticas. Seguimos recorriendo entonces la Praga 1, y visitamos una exposición de obras de la Edad Media, en un perfecto estado. Seguimos nuestro tour y encontramos una zona en donde habían algunas Sinagogas.
Muy hermoso es el Puente de Carlos, que une los 2 extremos de la ciudad, que separa el Río Vltava, o mejor dicho, Moldava, en la ciudad vieja. Es asombroso el buen estado en que se conserva, a pesar de haber sido construido en el año 1357. Luego de atravesar el mismo, la principal atracción era visitar el Castillo de Praga, pero solamente ingresamos a su Catedral, la cual es muy grande y muy linda.
A la vuelta del Castillo, volvimos a atravesar el puente, pero ésta vez para visitar la gran torre que se encuentra en un extremo. Ahí ocurrió algo bastante gracioso. Cuando le mostramos a la cajera el carnet de prensa para poder ingresar, mediante nuestro ya clásico discurso, la mujer no nos dejaba entrar gratis, pero como ya sabiendo que la estábamos embromando. Ahí otro tipo nos preguntó si éramos solo nosotros cuatro, y si no venía nadie más atrás nuestro. O sea, se dieron cuenta de todo, lo cual es bastante lógico, pues dada la vuelta que venimos dando en Europa, nosotros somos los que venimos más atrasados, y ya varios uruguayos con carnet de prensa ingresaron a algunas atracciones turísticas antes que nosotros...
Volviendo a la Torre, la vista es espléndida!!! Pudimos sacar muy bonitas fotos del puente y de la ciudad desde arriba. Después de aquí seguimos recorriendo la ciudad vieja, caminando por sus hermosas calles, hasta que después de un par de horas regresamos al hotel a descansar.
En verdad fuimos a dormir una siesta para poder salir de noche. Fuimos al final a una discoteca que nos habían recomendado, llamada Karlovy Lazne, de 4 pisos, al lado de la Torre de Charles y el puente. A pesar de que estuvo lloviendo estuvo linda la salida. Ingresamos con carnet de prensa, lo cual nos permitió ahorrarnos U$S 5, y nos reíamos por la música que pasaban, pues se podía escuchar Lambada y los Gipsy Kings, además de que las luces de colores en la discoteca eran de papel, jejje. Que atraso. La ida y la vuelta la hicimos en tranvía, y como es de razonar, no pagamos el boleto. La ropería para dejar las cosas era a voluntad, o sea, la salida me resultó baratísima!!!
La mañana siguiente apareció con una lluvia torrencial sobre la ciudad, lo cual nos obligó a permanecer dentro del albergue hasta pasado el mediodía, en donde pudimos salir a visitar más puntos de interés. Y nuevamente nos fuimos al casco antiguo de la ciudad. Allí descubrimos una gran torre y muy antigua a la cual ingresamos. Primero se debía subir para después pagar, pero esto lo único que hizo fue facilitarnos la tarea de mostrar el carnet de prensa, pues era como ya estar dentro de la atracción. Además no nos fue muy difícil convencer a una solitaria viejita que se encontraba custodiando la torre. La misma estaba buena, pues nos permitía ver la ciudad desde todos los ángulos posibles, y por dentro era toda de madera, muy pintoresca.
Luego de aquí comenzamos a caminar por la calle Celetná, una calle peatonal muy bella. Por ahí se encuentra la ya mencionada Torre de la Pólvora y el Edificio del Municipio. A través de la peatonal llegamos a la Plaza Central de la ciudad vieja, la Staromestske Namesti, muy amplia, y en donde hay muchos puntos importantes como el Ayuntamiento y la iglesia, en donde se encuentra un reloj astronómico muy particular, de la época medieval. El mismo, cada vez que el reloj marca las horas, se enciende el "cucu", y aparecen las figuras de los once apóstoles encabezados por San Pedro, y otras tantas figuras. Luego de esto, y como no nos quedaba mucho más por recorrer, decidimos seguir paseando pero volviendo rumbo al hotel.
Y así es como finalizó nuestra experiencia aquí en Praga. En el hostel nos quedamos aprontando las cosas para partir a la mañana siguiente rumbo a Viena, en Austria.
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